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Aerofagia: nuevos descubrimientos

La concepción actual de la aerofagia es que es un TOC estereotipado muy complejo que involucra varios sistemas corporales (asociado con disfunción gastrointestinal y ulceración gástrica) y es progresivo. Se sugiere que comer madera puede provocar aerofagia. Comienza con el caballo lamiendo y agarrando el objeto para posteriormente colocar sus incisivos superiores sobre él, extiende ligeramente el cuello y empuja ese objeto hacia abajo mientras tensa los músculos ventrales de su cuello y tira hacia atrás ejerce presión sobre el objeto (aunque hay caballos capaces de realizarlo sin apoyo). La cantidad de tensión en el cuello es suficiente para levantar 50 kg de peso y algunos realizan un sonido grave característico al succionar fuertemente debido a la entrada de aire al esófago.Hay caballos que pasan 17min/h tragando hasta 30s/5min durante 22h, mostrando cuán extremo puede llegar a ser. También predispone a una probabilidad del 85,7 % de que se repita un cólico, en comparación con el 34,9 % de los caballos sin aerofagia y que previamente han tenido cólicos, siendo el primer factor de riesgo para el desarrollo de un  atrapamiento en el foramen epiploico. A su vez, los patrones de sueño se alteran, pasando mucho menos tiempo descansando que los caballos normales. Adicionalmente, se estudió si afectaba al aprendizaje y se sugiere que tiene una función adaptativa y puede ayudar a los caballos a reducir el estrés y la frustración durante la labor de aprendizaje, lo que luego les permite mostrar un rendimiento normal.


Aunque se aceptó que las estereotipias no existen en los caballos en libertad, los dientes de caballos que vivieron hace 15.000 a 30.000 años muestran evidencia de aerofagia. Esto no sugiere que fueran domesticados, sino que lo más probable es que fueran capturados en la naturaleza y mantenidos atados durante períodos prolongados con algún propósito desconocido pero específico.


¿Qué puede causarla?


  • Los potros pueden mostrarla antes del destete, pero los afectados tienden a haber tenido un destete más temprano, muestran más comportamientos de golpeo de las mamas y pasan menos tiempo alerta que otros potros. La probabilidad de desarrollarla aumenta inmediatamente después de que ocurra el destete, tal vez como una reacción al estrés asociado. 


  • Los caballos alojados en boxes tienen mayor probabilidad de tener aerofagia, siendo para los que no tienen contacto visual o físico con otros caballos una incidencia dos veces mayor que para aquellos con contacto. También es mayor en los caballos estabulados con un vecino agresivo. Los caballos que sólo tienen contacto visual con otros caballos tragan aire más frecuentemente que aquellos que tienen contacto físico. Asimismo, tienen más probabilidades de desarrollar agresión hacia los caballos vecinos.


  • Las dietas con alto contenido de concentrados y bajas en forraje están relacionadas con un mayor desarrollo y frecuencia de la aerofagia. Cuantas más tomas, menos probabilidad hay de padecerla. También se han observado niveles séricos de selenio significativamente más bajos en los que la tienen frente a los que no. 


  • El ejercicio aumenta el tiempo tragando aire. Los caballos sometidos a actividades estresantes tienen más susceptibilidad a desarrollar alteraciones de comportamiento; por lo tanto, los trastornos de conducta en los caballos son un fuerte indicador de un bienestar deficiente.


  • Se encontró un vínculo entre el comportamiento y la microbiota fecal, lo que sugiere que los caballos que lo hacen pueden tener un microbioma intestinal alterado.


  • Se piensa que el control de este comportamiento estereotipado puede ser un mecanismo para reducir el efecto del estrés y los factores inductores de ulceración gástrica en los caballos.


¿Qué mitos hay alrededor de este comportamiento?


  • Hallazgos sugieren que los suplementos de apoyo gastrointestinal pueden no abordar eficazmente el comportamiento o alterar el entorno gastrointestinal en caballos tanto con aerofagia como sin ella.


  • La teoría de que se realiza para aumentar la producción de saliva y actuar como un antiácido natural ha demostrado ser incorrecta y que el pH gástrico no aumenta.


  • El aprendizaje por imitación de la aerofagia es raro según estudios, habiéndose correlacionado con una incidencia del 1% y sin ninguna relación con estímulos determinados (visto en caballos con y sin aerofagia que convivían siempre juntos).


  • El uso de collares para evitar el comportamiento eleva significativamente los niveles de cortisol (estrés). Respaldando la evidencia de que impedir físicamente la aerofagia es estresante. Las investigaciones muestran que hay un aumento muy significativo en la tasa de rebote del comportamiento cuando se retira el collar y que esta medida no aborda la causa inicial del comportamiento ni el estrés continuo experimentado por no poder realizarlo. 


  • Posiblemente es un rasgo influenciado por una mayor proporción de factores ambientales en comparación con factores genéticos aditivos, habiéndose visto una baja heredabilidad.


  • A partir de cadáveres, hallazgos estudiados sugieren que los estómagos de caballos con y sin aerofagia no son anatómica o fisiológicamente diferentes. Es plausible que no exista un vínculo inherente directo entre la aerofagia y el síndrome de ulceración gástrica, sino que ambas condiciones estén relacionadas con el estrés ambiental y fisiológico.


¿Cómo podemos intentar solucionarlo?

Lo más importante es contactar con un veterinario experto que pueda evaluar al caballo y guiar en la toma de decisiones e individualizar el caso.


  • Dado que rara vez se detiene el apoyo, es útil proporcionar una superficie adecuada que reducirá la cantidad de desgaste en los dientes, como una barra de acero con un revestimiento de goma. 


  • La modificación de la conducta por sí sola no es particularmente exitosa. Es un comportamiento que no se debe reforzar ni castigar. Otras técnicas intentan redirigirlo a una alternativa como promover usar el morro o la lengua del caballo. Por ejemplo, lamer un rodillo que dispensa un líquido de sabor dulce no cambia significativamente el comportamiento; sin embargo, un dispositivo que requiere que el caballo empuje una rueda para dispensar pequeñas porciones de su comida sí lo hace.


  • Proporcionar heno puede reducir la estereotipia y otros trastornos del comportamiento, aumenta los vínculos sociales y la afiliación con sus congéneres. La ingesta adecuada de fibra se relaciona con una reducción de los signos clínicos del síndrome de ulceración gástrica.


  • El aislamiento también alarga el tiempo que lleva expresar estas estereotipias, por lo que evitarlo promoviendo un amplio espacio y compañía es necesario.


  • El uso de psicofármacos y antiácidos pueden reducir el comportamiento.


  • La acupuntura se ha probado como tratamiento de apoyo. Viéndose que el 64% de los caballos con síntomas gastrointestinales mejoraron o dejaron de hacer aerofagia cuando se usaron siete puntos de acupuntura, siendo tres de ellos específicos para trastornos gastrointestinales.


  • Se están empezando a ver las feromonas como un tratamiento prometedor.


  • Tener en cuenta las técnicas de entrenamiento, enfatizando el refuerzo positivo al considerarse menos estresante.


  • El cannabidiol (CBD) tiene muchas actividades dentro del sistema nervioso central, como actividades ansiolíticas, antidepresivas, antipsicóticas, anticonvulsivas y antiinflamatorias. Algunos estudios han demostrado recientemente el uso terapéutico potencial y exitoso de los fitocannabinoides en medicina veterinaria. Se reportó una yegua de 22 años que sufría aerofagia crónica y tuvo una terapia de cuatro semanas con CBD, siendo el primer informe del uso terapéutico exitoso de fitocannabinoides en los trastornos del comportamiento equino. Una hora después de la primera administración, la paciente mostró un mayor apetito y un aumento en el comportamiento de búsqueda de alimentos, pasando de 15 h/día de estereotipia a menos de 1 h/día y ganando 52 kg, mejorando su condición corporal y calidad del pelaje. Los propietarios informaron cambios positivos en el comportamiento de la yegua, que evolucionó de una postura abatida y depresiva a una actitud alegre y alerta. Una vez finalizado el tratamiento, el equipo mantuvo contacto telefónico con los propietarios dos veces por semana durante tres semanas e informaron que la yegua ya no mostraba los mismos niveles de comportamiento estereotipado que antes de la terapia (se redujo a menos de 1 h/día). Esto destaca el beneficio potencial de su uso cuando las terapias tradicionales fallan.


  • Los comportamientos orales anormales en los caballos son el resultado de la frustración alimentaria que podría medirse mediante comportamientos relacionados con la saciedad y la concentración plasmática de la hormona grelina. Sin embargo, cabe señalar que los diferentes componentes y fuentes de macronutrientes tienen diferentes respuestas en los parámetros. Hipotéticamente, las dietas que proporcionan saciedad prolongada y concentraciones plasmáticas más bajas de grelina después de una comida pueden mejorar el comportamiento. En estudios anteriores se ha llegado a la conclusión de que los macronutrientes pueden influir en el comportamiento oral de los caballos ya que son comedores selectivos y tienen la capacidad natural de detectar los macronutrientes en sus dietas, que son esenciales para su supervivencia. Las preferencias alimentarias de los caballos están controladas por la presencia de macronutrientes y factores organolépticos como el sabor y el olor y se sabe que tienen una fuerte preferencia por los alimentos ricos en proteínas y carbohidratos solubles en lugar de los alimentos ricos en lípidos. Cuando se les introdujeron nuevos alimentos ricos y bajos en proteínas, se informó que los caballos tenían una mayor tendencia a consumir los primeros que los segundos. También se cree que el almidón aumenta la reactividad en los caballos y eleva la frecuencia de la aerofagia. Sin embargo, la capacidad de hacer aerofagia tiene un mayor aumento cuando los caballos son alimentados con cereales ricos en proteínas (16% de proteína bruta) y cereales azucarados, mientras que hay un aumento no significativo cuando se alimentan con heno de alfalfa granulado con alto contenido de fibra (<80% de fibra bruta). Se cree que la palatabilidad de los granos era responsable del aumento del comportamiento.

¿Realmente necesitan almidón los caballos?

 

¿Necesitan almidón o azúcar los caballos?


El almidón es la molécula que tienen los cereales para almacenar la glucosa (un tipo de azúcar que sirve como fuente de energía). Cuando un caballo come cereales, adquiere ese almidón y lo transforma en su cuerpo en diferentes moléculas, siendo el glucógeno una de las más importantes, ya que sirve para almacenar la glucosa en los músculos e hígado, por ejemplo. 


El glucógeno muscular (molécula de almacenamiento de glucosa en los músculos) es una fuente importante de energía para el músculo durante el ejercicio de alta intensidad y, tras cualquier tipo de ejercicio, las reservas disminuyen por su consumo. Además, poco glucógeno muscular puede contribuir a la fatiga muscular y al bajo rendimiento deportivo. Por tanto, aportar alimentos que mantengan el glucógeno muscular es importante para los caballos de deporte. 


En los humanos, aportar dietas con un 65-70% de almidón y azúcar post ejercicio, restaura las reservas musculares de glucógeno. Pero el metabolismo del caballo es diferente: su capacidad de digerir almidón es limitada (su principal fuente de energía proviene de la fermentación del forraje) y la velocidad de síntesis de glucógeno muscular post ejercicio es 3 veces más lenta que la de los humanos. Por tanto, dar dietas con mucho almidón no aumenta la reposición de glucógeno muscular. Pero, ¿Necesitan un mínimo de almidón y azúcar en la dieta?


No, los caballos no necesitan recibir nada de almidón o azúcar en su dieta. Durante el ejercicio ligero y moderado una mezcla de diferentes nutrientes (grasas, glucosa sanguínea, ácidos grasos volátiles, glucógeno muscular) se usan para obtener energía en el músculo. E incluso aunque durante el ejercicio intenso se gaste más glucógeno muscular, solo se gasta un 25-30% del disponible. Si las sesiones de ejercicio intenso están separadas 2-3 días, se repone todo el glucógeno muscular aunque la dieta no lleve almidón. Esto es posible ya que parte del forraje que fermentan se convierte posteriormente en glucosa que se almacena en el músculo como glucógeno. 


¿Por qué llevan entonces almidón los piensos de caballos? 


Porque es una fuente de energía muy barata y sirve para abaratar los costes del producto. Además, aporta energía de rápida liberación que aumenta la excitabilidad del caballo. Aunque algunos piensos no pongan el porcentaje de almidón en la etiqueta, si en la lista de ingredientes hay cereales (avena, cebada, trigo, maíz…), lleva almidón, y si están en las primeras posiciones de la lista, lleva mucho. 


¿Hay un máximo de almidón que pueda comer un caballo? 


El almidón pueden digerirlo en el intestino delgado las enzimas del caballo, si no se supera su capacidad de digestión, descomponiéndose en glucosa principalmente. Alternativamente, puede ser fermentado por el microbioma en el estómago e intestino delgado pero principalmente en el intestino grueso, donde se convierte en ácidos grasos volátiles (o ácido láctico si ciertas bacterias lo fermentan rápidamente). Para saber si hay un máximo que puedan comer, debemos analizar diversos factores: 


  • Función gástrica: cuando se dan cantidades elevadas de cereales (que contienen mucho almidón) el bolo alimenticio es más seco y dificulta la mezcla con los jugos gástricos produciendo fermentaciones anormales. Además, la fermentación de cantidades elevadas de almidón disminuye el pH del estómago aumentando el riesgo de úlceras gástricas. Por último, dar alimentos con mucho almidón aumenta el riesgo de rotura gástrica ya que el contenido no puede salir del estómago tan rápido como entra. 


  • Microbioma intestinal: ingestas elevadas de almidón alteran el microbioma aumentando la producción de ácido láctico que disminuye el pH, matando bacterias beneficiosas y permitiendo la proliferación de las perjudiciales, pudiendo causar cólicos, diarreas, endotoxemia y laminitis. 


  • Alteraciones endocrinas/metabólicas: cantidades elevadas de almidón aumentan el riesgo de padecer miopatías a caballos con miopatía por almacenamiento de polisacáridos (PSSM) y de laminitis endocrinopática a caballos con síndrome metabólico (EMS)


Por tanto, sí existe un límite máximo. Un caballo sano no debe comer más de 2 g de almidón y azúcar/kg de PV/día ni más de 1 g de almidón y azúcar/kg de PV/toma. Es decir, un caballo de 500 kg no puede comer más de 1 g de almidón y azúcar/día ni más de 500 g/toma. Si suponemos que come avena o un pienso basado en cereales (aprox 40% de almidón y azúcar), no podría comer más de 2,5 kg/día ni más de 1,25 kg/toma (además, deberíamos tener en cuenta los azúcares que pudiera contener el forraje). Si padeciera alguna enfermedad a la que afecte el almidón, todavía se debería reducir más.


 

7 signos de que tu caballo necesita una revisión dental

Las patologías dentales en los caballos son muy frecuentes y existen algunos signos que nos pueden indicar que necesitan una revisión dental. Vamos a ver algunos de los más comunes: 


Si un caballo no gana peso o está adelgazando aun comiendo suficiente, puede ser un indicador de un problema odontológico. Puede no estar aprovechando la comida correctamente por falta de masticación debida al dolor que provocan las alteraciones dentales, por lo que, aunque reciba una dieta adecuada, no es capaz de asimilarla por completo.


Encontrar fibras de forraje en las heces de una longitud mayor a 3,6 mm podría indicar que no está masticando adecuadamente el forraje como para triturarlo todo lo necesario. Lo mismo ocurriría si encontramos bolas de forraje a medio masticar en el comedero o en el suelo, ya que son restos del alimento que no se ha podido masticar adecuadamente. 


Si le cuesta más comer forrajes secos pero se come bien la hierba fresca y/o el pienso, el caballo podría tener alguna patología dental ya que la hierba fresca es más blanda y requiere masticar menos por su alto contenido en agua, por lo que sería recomendable realizar una exploración odontológica. 


También puede ser otro motivo para hacer dicha exploración que el caballo tenga problemas digestivos como cólicos (especialmente impactaciones) u obstrucciones esofágicas. Esto se debe a que las partículas de alimento demasiado grandes, que no ha podido triturar por dolor en la boca, pueden obstruir cualquier parte del aparato digestivo. 


Alteraciones más sutiles como cambios anatómicos en la cara también nos pueden hacer sospechar de un problema dental. Si tiene abultamientos a los lados del hueso nasal o en las ramas de la mandíbula, podría tratarse de dientes de leche retenidos que están empujando al diente definitivo a crecer hacia el lado opuesto. Además, esto produce una deformación en las vías respiratorias que puede afectar negativamente durante el ejercicio. Por otro lado, si se le marca mucho la cresta facial, podríamos estar ante una falta de desarrollo de los músculos maseteros. Estos músculos son los que se encargan principalmente de la masticación por lo que, si el caballo tiene dolor dental, no masticará lo suficiente y no se desarrollarán adecuadamente. 

Los cambios de comportamiento durante la monta o pie a tierra también pueden ser un indicador de alteraciones dentales que requieren una evaluación. Si le cuesta más girar a un lado que al otro, cabecea o se bota, podría ser porque el dolor que causan las patologías orales puede manifestarse como incomodidad durante la monta. Sobre todo si llevan embocadura o la cabezada presiona en zonas de dolor. 


Por último, si le huele mal la boca o el aliento (halitosis), puede deberse a que los restos de alimentos parcialmente masticados se acumulan en la boca y pueden generar una infección. Además, si saliva más de lo normal (ptialismo) o babea (sialorrea), también estaría indicado explorar la boca porque el exceso de saliva es un mecanismo de defensa ante el dolor. 


En conclusión, ante cualquiera de estos signos (u otros) es muy importante acudir a un veterinario especializado en odontología para asegurarnos de que el equilibrado dental sea el correcto. También es importante adaptar la dieta en algunos de estos casos ya que puede ser un factor limitante para resolver el problema.

¿Es un problema dar mucha proteína?

Las necesidades nutricionales de proteína de un caballo deportivo son mayores que las de uno que no trabaja, pero ¿supone algún problema dar más cantidad de la que necesita?


El metabolismo para usar las proteínas como fuente de energía es muy ineficiente, por lo que se libera y pierde mucha energía en forma de calor durante el proceso, que podría aumentar la temperatura corporal del caballo. Aunque no supone un gran problema para la mayoría de caballos a no ser que trabajen de forma intensa durante mucho tiempo en ambientes calurosos y húmedos


Además, el exceso de proteína se debe eliminar del cuerpo en forma de urea ya que es tóxico, para lo que se necesita una gran cantidad de agua y energía porque se elimina por la orina y el sudor. Pero si los caballos tienen suficiente agua a libre disposición, no será un problema a no ser que trabaje de forma intensa durante mucho tiempo en ambientes calurosos y húmedos ya que podría deshidratarse. 


Si el caballo come más proteína de la que necesita, se eliminará el exceso principalmente por la orina en forma de urea, como hemos visto. Esta urea es convertida por las bacterias ambientales en amoniaco, un gas muy irritante para las vías respiratorias. Pero no supone un problema grave si el caballo vive en un ambiente limpio y bien ventilado. Si padeciera alguna enfermedad respiratoria como el asma, sí que podría ser un inconveniente. 


También debemos tener en cuenta que ese exceso de proteína que se elimina contamina el medio ambiente con nitrógeno acidificándolo y causando eutrofización. Dar más proteína de la necesaria es caro (si damos mucha proteína de mala calidad, que suele ser barata, el caballo no podrá usarla y la eliminará; si damos mucha proteína de buena calidad que, suele ser más cara, gastará la que necesite y el resto también lo eliminará, por lo que perderemos ese dinero y se contaminaría el medio ambiente). 


Es muy importante tener en cuenta que el exceso de proteína en la dieta no causa enfermedades por sí solo: ni daña los riñones o el hígado ni es el origen de las enfermedades ortopédicas del desarrollo. Pero a algunos caballos les pueden salir unos nódulos con descamación en la piel (protein bumps) que suelen desaparecer al bajar la proteína en la dieta, aunque no se sabe todavía si el motivo es por el exceso de proteína o por una reacción alérgica a la misma. 


Por tanto, aunque existen recomendaciones máximas de proteína en la dieta de los caballos (especialmente de deporte), normalmente ingieren mucho más simplemente por comer forraje de buena calidad y no supone un problema de salud si están sanos, pero tampoco aporta ningún beneficio. La excepción la encontramos en caballos que padecen alguna enfermedad respiratoria como el asma o si tienen problemas renales o hepáticos, ya que un exceso podría sobrecargar estos dos órganos que están implicados en su metabolismo o las vías respiratorias, por lo que deberían comer exactamente la cantidad que necesiten, ni más, ni menos.

¡Sí! Puedes montar a tu potro de 2 años, según la ciencia

En la actualidad, existe un gran debate sobre cuándo empezar a montar o entrenar a un caballo basado en la cuestión de la madurez esquelética y el momento del cierre de las placas de crecimiento. Para optimizar el bienestar y la longevidad de los caballos en carreras y deportes, es importante combinar el ejercicio con el desarrollo musculoesquelético y la capacidad del sistema musculoesquelético para responder a la carga. La justificación para no ejercitar a los caballos a cierta edad contradice a la evidencia científica y utiliza generalizaciones incorrectas del crecimiento humano. Además, no se tienen en cuenta los estudios que demuestran los efectos positivos que tiene el ejercicio temprano en la reducción de lesiones y el desarrollo del sistema musculoesquelético de los caballos.


El crecimiento en todos los mamíferos sigue un patrón similar, sin embargo difiere en el tiempo (edad) de las diferentes fases de crecimiento, así como en el proceso de maduración del sistema musculoesquelético, el cual está fuertemente influenciado por el nicho ecológico en el que la especie ha evolucionado. 


En los humanos, el crecimiento se clasifica en tres etapas: crecimiento infantil rápido (nacimiento a 3 años), fase de la infancia (período más lento de crecimiento constante, 3- 12 años) y la pubertad (con el crecimiento acelerado posterior a la pubertad, 12-18 años) seguido por la desaceleración del crecimiento hasta la madurez (a partir de 18 años).


Debido a que el caballo ha evolucionado como un herbívoro corredor precoz para evitar la depredación huyendo y ser capaz de cubrir grandes distancias, el potro nace con un sistema musculoesquelético muy desarrollado. Por tanto, estos períodos de desarrollo se encuentran concentrados en los primeros 2 años de vida y se completan muy temprano.  


El caballo completa el equivalente al crecimiento infantil rápido humano al destete (4 a 6 meses de edad), es durante este período cuando se produce el crecimiento longitudinal más rápido de las extremidades distales de los caballos y el aumento del peso corporal, con un rápido desarrollo de la masa muscular. Aproximadamente a los 11 meses de edad, completa el equivalente a la fase de la infancia y entra en la pubertad, al finalizar esta fase de crecimiento, la mayoría de las placas de crecimiento distales al carpo y el corvejón tienen evidencia radiográfica de osificación. A los 2 años, el caballo ha alcanzado la mayoría de las medidas de madurez, incluida la estabilización de la alzada, el cierre de las placas de crecimiento y las proporciones adultas de longitud del dorso : alzada y longitud de las extremidades : alzada. 


El peso vivo es el método más utilizado para describir el crecimiento y desarrollo en el caballo. A los 2 años han alcanzado el 96% de su peso vivo maduro. La altura a la cruz tiene una curva de crecimiento similar a la del peso corporal. Al nacer, un potro tiene aproximadamente el 60% de la altura adulta. A los 2 años de edad, el potro casi habrá duplicado su altura, y la mayor parte de este crecimiento se logrará mediante el crecimiento longitudinal en las extremidades proximales y el tórax, alcanzando el 98% de la altura a la cruz madura. 


Además, el crecimiento de la altura a la cruz proporciona un indicador fiable del crecimiento de la columna vertebral. Al nacer, la relación entre la longitud de la espalda y la altura de la cruz es de aproximadamente 0,8:1, a los 12 meses es de 0,93:1 y a los 18 meses de edad es de 0,99:1. Estos datos, en asociación con los tiempos de cierre de las placas de crecimiento vertebrales, indican que el crecimiento longitudinal en la columna cesa alrededor del momento en que cesa el crecimiento de la altura a la cruz.


La maduración esquelética se define como el cese del crecimiento longitudinal de los huesos, pero dependiendo de su ubicación, seguirán teniendo un crecimiento aposicional (en anchura) incluso una vez que haya cesado el crecimiento longitudinal en respuesta a las cargas. Después de la pubertad, existe un crecimiento óseo aposicional continuo en respuesta a la carga, pero usando una variedad de medidas para definir la finalización del crecimiento y de acuerdo con la mayoría de las definiciones de desarrollo esquelético, la madurez en el caballo se alcanza a los 2 años, habiendo poca variación en la edad de madurez entre las diferentes razas de caballos. 


En resumen, los caballos y los humanos tienen patrones de crecimiento similares, pero en el caballo, las fases están restringidas a los dos primeros años de vida. Teniendo en cuenta las medidas de crecimiento y madurez de los huesos, la mayor parte del crecimiento se completa antes de que el caballo tenga dos años. Desde un punto de vista del desarrollo musculoesquelético, las prácticas actuales de la industria de carreras y del entrenamiento de caballos de 2 años, están alineadas con el potencial de desarrollo y la programación evolutiva de los caballos. La programación evolutiva hace que el caballo sea capaz de realizar actividad atlética y ser usado en el deporte relativamente temprano en la vida. Empezar el ejercicio a los 2 años, genera un sistema musculoesquelético más fuerte y mejora la longevidad y salud en el ejercicio reduciendo el riesgo de lesiones, en comparación con los que empiezan más tarde.


Para optimizar el bienestar y la longevidad de los caballos en el deporte, es importante combinar el ejercicio con el adecuado desarrollo de todo el sistema musculoesquelético y su capacidad para responder y soportar la carga. Queda todavía por responder si puede tener alguna implicación etológica no antropomórfica.

¿Puedo dar de comer a mi caballo antes del ejercicio?

Sí, puedes y debes. Pero antes de explicarte la forma correcta, debemos saber que el momento en el que se dé y la composición de la comida consumida antes del ejercicio puede influir en la salud y la actividad deportiva de los caballos alterando el equilibrio de los fluidos corporales, la distribución de la sangre (reduce la llegada a los pulmones y músculos locomotores), el metabolismo y creando disconfort mecánico por el llenado del aparato digestivo.


La hiperglucemia e hiperinsulinemia asociada a la digestión y absorción de cereales o alimentos ricos en azúcares afecta a la mezcla de sustancias químicas utilizadas durante el ejercicio. El aumento de las concentraciones de insulina promueve el almacenamiento de energía e inhibe la lipólisis (ruptura y liberación de las grasas) y por lo tanto la movilización de ácidos grasos. Por tanto, esta respuesta metabólica se encuentra en conflicto con la necesidad de movilizar reservas de energía para la síntesis de ATP (molécula que aporta la energía en las reacciones químicas del organismo) en la contracción muscular. Se suprime la disponibilidad de usar las grasas como fuente de energía, aumentando el uso de las reservas de carbohidratos y la glucosa sanguínea, pudiendo perjudicar el ejercicio prolongado cuando se consuman todas. La concentración más alta de insulina se alcanza a los 120-180 min tras una ración rica en azúcares y puede no volver a los valores base hasta 3-4 h después. 


El tamaño/volumen de la toma antes del ejercicio se debe considerar también. Raciones grandes de heno, concentrado o su combinación no deberían darse 3-4 h antes del ejercicio ya que reducen el volumen de la sangre porque parte del agua que la compone se deriva al intestino, lo que puede comprometer la función cardiovascular durante el ejercicio. Un estómago muy lleno puede reducir la capacidad de expansión pulmonar durante el ejercicio impidiendo que el caballo se oxigene adecuadamente y las molestias intestinales por raciones inapropiadas pueden tener un efecto perjudicial también. Además, después de comer, el flujo sanguíneo se deriva hacia el aparato digestivo para permitir que los productos de la digestión sean adecuadamente usados. Esto puede reducir el flujo sanguíneo a los pulmones y músculos respiratorios y locomotores perjudicando su función y a otros tejidos como la piel impidiendo una correcta termorregulación. Por último, el consumo de forraje a libre disposición, sin control, 12-24h antes del ejercicio afecta negativamente al rendimiento deportivo por el llenado del aparato digestivo al aumentar el peso, especialmente si no están acostumbrados a esta ración o comen forrajes de poca digestibilidad. 


Por tanto, la alimentación antes del ejercicio debería estar completada 3-4 h antes del inicio y la cantidad de azúcar y almidón no superar 1 g/kg/toma. Tomas pequeñas (<2 kg) de forraje 2-3 horas antes del ejercicio es poco probable que afecten a la disponibilidad de los nutrientes. Pero si superan 1 g de almidón y azúcar/kg de peso vivo, aceleran el consumo de carbohidratos y disminuyen la disponibilidad de grasas perjudicando los ejercicios de resistencia. Por tanto, para maximizar el rendimiento deportivo de tu caballo y evitar problemas de salud, se debe: 


  • Limitar la cantidad de concentrado a < 1 kg/500 kg de peso vivo e idealmente no darlo 2-3h antes del ejercicio. 


  • Dar < 1 g/kg PV de azúcar y almidón antes del ejercicio. Si se dan muchos carbohidratos las 3 horas antes del ejercicio, se reduce la capacidad de utilizar la grasa como fuente de energía, perjudicando los ejercicios de resistencia. 


  • Dar 1-2 kg de forraje para un caballo de 500 kg en slow feeder 2-3 horas antes del ejercicio para promover que mastique más despacio y produzca saliva, reduciendo así el riesgo de úlceras gástricas, sin llenar en exceso el aparato digestivo.


  • El uso de alfalfa como forraje antes del ejercicio es beneficioso para reducir el riesgo de úlceras gástricas asociadas al ejercicio combinada al 50% con heno. 


  • Evitar usar cama de viruta o paja mientras se restrinja la alimentación antes del ejercicio para evitar que se la coma y disminuir el riesgo de cólicos. 


  • Evitar cambios abruptos de su alimentación habitual para reducir el riesgo de cólicos.